El proceso de desarrollo de un nuevo producto está regulado por un protocolo interno denominado HPP (High Performance Process).

Los formulados, antes de ser introducidos en el mercado, se someten a una selección atenta y rigurosa que pasa a través de 4 fases principales:

FASE 1 – Ideación y formulación de prototipos para aplicaciones específicas: el desarrollo de productos especiales surge de las necesidades de la agricultura moderna. Los prototipos se estudian y seleccionan en función de la estabilidad química a través de pruebas de estrés en laboratorio.
FASE 2 – Selección de prototipos en función de la eficacia agronómica: realización de pruebas agronómicas realizadas en la cámara de crecimiento, invernadero y campo abierto en condiciones estándar y mediante la inducción de condiciones adversas (estrés térmico, hídrico y salino).
FASE 3 – Caracterización química y biológica de la formulación más estable y efectiva: identificación de las moléculas activas y de la modalidad de acción de la formulación a través de estudios de bioquímica, genómica y metabólicos en colaboración con socios científicos nacionales e internacionales.
FASE 4 – Validación agronómica ampliada: pruebas de eficacia extendidas a diferentes cultivos agrícolas y en diferentes áreas de cultivo, en colaboración con centros de ensayos técnicos y empresas líderes reconocidas oficialmente en el sector.